Conoces nuestra masa.
Sabes que somos de barro.
El pecado nos angustia.
No podemos librarnos de él.
Tú nos aceptas de barro.
Sientes ternura hacia nosotros.
Podemos empezar de cero cada día.
No abandones la obra de tus manos.
Patxi Loidi, Mar adentro
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