La confirmación permite saber de qué pasta estamos hechos. Por ejemplo, uno recuerda ¡que puede rezar!. Que sabe hacerlo y que hasta resulta grato, relajante y reponedor hablar con Dios. Es como subirse a la bici después de mil años sin andar en una y ver que aún guardas el equilibrio. Durante la preparación para este sacramento, seguro que los Apóstoles observan desde la cafetería del cielo, como diciendo: “peor estábamos nosotros, encerrados en casa, miedicas… pero luego… ¿recordáis luego?”
Creo que la confirmación es como una primera misión. La primera prueba de fuego en el cuerpo de “marines”. Pasar del “por-la” en la frente y el beso del dedo, a tratar con Jesucristo como un hermano mayor o el mejor amigo. Porque eso es un don. Hay que vivirlo, para saborear ese placer. Eso hace fuertes a las personas. Indestructibles. Solidarias. Con un poco de miedo, pero con la descarada alegría del enamorado. Es un regalo que pide docilidad, humildad.
“Dar la cara” sería el titular de la nueva tarea. No en plan “masoka” o “kamikaze”, sino disfrutando. ¿Por qué nuestros jóvenes se han ido desenganchando de la práctica cristiana de la fe? Tal vez porque no hemos sabido disfrutar. Dios nos ha tendido la mano de su amor cientos de veces y…siempre teníamos cosas más “importantes” que hacer. Eso lo notan los chavales. Convenzámonos: el Espíritu Santo es ese novio que graba un “I love you” en tu frente con su aceite, donde siempre puedas verlo. Es un radical. No es un sueño. No es barato. Eso sí: está loco… por ti.
Existe una parte más difícil: sentir que perteneces a la Iglesia. Esos obispos mayores, tercos, antiguos, con ideas impopulares… ¿qué tienen que ver conmigo? El “vuelo” del Espíritu Santo trae miles de dones. Uno de ellos le abre la puerta a la Iglesia. Tal vez no la entenderemos del todo. Pero ella sabrá siempre a hogar. Es apoyo seguro, en medio del caos. Confía. En la confirmación no decidimos convertirnos en cristianos adultos. Más bien razonamos la maravilla de haber sido elegidos.
Muy acertado lo que dices, muy ilustrativo e inteligente, voy a estar pendiente de este blog con más frecuencia, muy buena idea… felicitaciones!!! una parroquia al día