La actriz Emma Thompson hace de Nanny McPhee en la película “la Niñera mágica”. Y es portadora de un lema pedagógico muy interesante: “cuando no me queréis, pero me necesitáis, debo quedarme; cuando me queréis, pero no me necesitáis, debo irme.” No sé si queremos a Cristo, pero le necesitamos. Él se ha quedado; vive resucitado. Su persona y su pedagogía, aún no han sido superadas.
Pues los domingos vamos a Misa, porque celebramos juntos la Resurrección de Jesucristo. De lo contrario, “cada mochuelo a su olivo” y “sálvese quien pueda”. Nuestra Cruz gigante de palo luce desde este día el paño blando de la resurrección. Simboliza las vendas que el Cuerpo Glorioso de Cristo dejó abandonadas en el sepulcro, porque ahora le tocaba vestir sus mejores galas. Y podemos ir en paz, aleluya, aleluya. Y nos sabemos un pura sangre, del linaje de quien venció a la muerte, capacitados para el mismo final feliz, a pesar de las dificultades. Comenzamos rociando nuestros cuerpos con el agua bendita, en memoria de nuestros pecados, borrados por el bautismo. El compromiso de ser testigos de la Resurrección, fue una invitación con la que salimos todos en el bolsillo, como si fueran un par de entradas para asistir al mejor espectáculo del mundo. Somos la Iglesia. Cristo ha vencido. Superaremos la prueba.
Deja una respuesta